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viernes, 20 de marzo de 2020

Un niño que lee, será un adulto que piensa


- El fin de semana podéis realizar las actividades que no hayáis hecho durante la semana o repitiendo aquellas que más os hayan gustado.

-Es muy bueno que los niños vean o escuchen cuentos a menudo. La lectura es la mejor ventana al mundo que tenemos. Como dijo Cervantes: " El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho", como andar mucho no podemos... vamos a leer!!

- Os mandamos el cuento de "Los tres cerditos " pero podéis escoger el que queráis de los que tenéis en casa.

LOS TRES CERDITOS.

Había una vez tres cerditos que eran hermanos, y se fueron por el mundo a buscar fortuna. A los tres cerditos les gustaba la música y cada uno de ellos tocaba un instrumento.
El más pequeño tocaba la flauta, el mediano el violín y el mayor tocaba el piano...
Su vida podría ser tranquila y feliz, de no ser el lobo feroz, que siempre que tenía hambre intentaba comérselos.

- Construiremos una casa, así podremos meternos dentro cuando venga el lobo y estaremos a salvo de sus fauces. - dijo el mayor de ellos.

A los otros dos les pareció una buena idea, y se pusieron manos a la obra, cada uno construyendo su casita.
- La mía será de paja - dijo el más pequeño, - la paja es blanda y se puede sujetar con facilidad.
Terminaré muy pronto y  podré ir a jugar.

El hermano mediano decidió que su casa sería de madera:

- Puedo encontrar un montón de madera por los alrededores, - explicó a sus hermanos, - Construiré mi casa en un santiamén con todos los troncos y me iré también a jugar.

El mayor decidió construir su casa con ladrillos.

- Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte y resistente, y dentro estaré a salvo del lobo.
Le pondré una chimenea para asar las bellotas y hacer caldo de zanahorias.

- ¡No os comerá el Lobo Feroz! - ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz!


De detrás de un árbol grande surgió el lobo, rugiendo de hambre y gritando: 

- Cerditos, ¡os voy a comer! 

Cada uno se escondió en su casa, pensando que estaban a salvo, pero el Lobo Feroz se encaminó a la casita de paja del hermano pequeño y en la puerta aulló: 

- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! 

Y sopló con todas sus fuerzas: sopló y sopló y la casita de paja se vino abajo. El cerdito pequeño corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de madera del hermano mediano. 

- ¡No nos comerá el Lobo Feroz! - ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz! - cantaban desde dentro los cerditos. 

De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse engañado, se colocó delante de la puerta y comenzó a soplar y soplar gruñendo: 

- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! 

La madera crujió, y las paredes cayeron y los dos cerditos corrieron a refugiarse en la casa de ladrillo del mayor. 

-¡No nos comerá el Lobo Feroz! - Cantaban los cerditos. 

El lobo estaba realmente enfadado y hambriento, y ahora deseaba comerse a los Tres Cerditos más que nunca, y frente a la puerta bramó: 

- ¡Soplaré y soplaré y la puerta derribaré! 

Y se puso a soplar tan fuerte como el viento de invierno .Sopló y sopló, pero la casita de ladrillos era muy resistente y no conseguía su propósito. 

Decidió trepar por la pared y entrar por la chimenea. Se deslizó hacia abajo... Y cayó en el caldero donde el cerdito mayor estaba hirviendo sopa de nabos. 

Escaldado y con el estómago vacío salió huyendo hacia el lago. Los cerditos no le volvieron a ver. 

El mayor de ellos regañó a los otros dos por haber sido tan perezosos y poner en peligro sus propias vidas, y si algún día vais por el bosque y veis tres cerdos, sabréis que son los Tres Cerditos porque les gusta cantar: 

- ¡No nos comerá el Lobo Feroz! - ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz! 

FIN 


ACTIVIDADES:


- Una vez contado el cuento hablamos sobre su moraleja: Es mucho mejor trabajar duro y hacer las cosas bien que trabajar poco para divertirse obteniendo un resultado peor. 

-  La moraleja de este cuento es muy divertida porque en el cuento nos muestra que el cerdito mayor, trabajando más y haciendo una casita de ladrillo, no podía jugar como sus hermanos más pequeños, pero el lobo no podía derribar su casa. En cambio, los hermanos menores hicieron unas casas de materiales menos fuertes así que pudieron jugar, pero el lobo sí derribó sus casitas. 



*Después se puede hacer una ficha donde el niño escriba su nombre, el título del cuento (en mayúsculas) y dibujar la escena que más le haya gustado.

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